Freddy Arango
LA PATRIA | MANIZALES
Durante estos meses de pandemia se ha visto más en la ciudad un grupo urbano en zonas aledañas a centros comerciales y restaurantes, quienes recorren calles y carreras en sus motos o bicicletas para sobrevivir.
Ellos son los domiciliarios, considerados héroes al principio del confinamiento por su labor de llevar hasta las casas los productos que las personas necesitaban. Pero ahora, según ellos, los ven como estorbos.
Poco a poco colonizaron espacios públicos, que se convirtieron en sus oficinas como El Cable, la glorieta del barrio Estrella, Milán y los centros comerciales: Sancancio, Fundadores, Mall Plaza y Cable Plaza.
Panorama
LA PATRIA hizo un recorrido por estos sitios para conocer su día a día. Comentan que cuando empezó la cuarentena eran indispensables para mantener la dinámica de la ciudad. Sin embargo, ahora que se han ido reactivando las actividades económicas entorpecen, las motos ya no tienen dónde parquearlas porque la Policía o Tránsito están al acecho para quitarlas o multarlos.
Entre los domiciliarios se encuentran arquitectos, ingenieros industriales, cantantes, estudiantes universitarios, chefs e infinidad de profesiones que hallaron en las aplicaciones de los domicilios una opción para subsistir a la crisis económica.
Lo mejor para ellos es manejar el tiempo, se conectan a la hora que quieren y lo menos rentable es que el domicilio sea lejos y barato. Un problema que los aqueja es la ubicación a las afueras de los centros comerciales, donde les han puesto toda clase de inconvenientes con el parqueo.
Juan Carlos Cardona hace parte de Mensajeros urbanos y coordina la entrega de medicamentos POS y no POS de Cruz Verde para los adultos mayores. Comenta:
“La problemática que tenemos con domicilios ha sido la ubicación, hacemos un llamado a la Alcaldía para que nos ayuden y nos vean como personas que le servimos a la ciudad en este momento de pandemia, llevando los productos en el día a día a los manizaleños. Que nos ubiquen en un punto estratégico donde la Policía y Tránsito no nos vean como un obstáculo, sino como trabajadores que le estamos sirviendo a la comunidad”.
Juan Carlos Cardona, Walter Alfredo Maníos, Alexander Rivera, Luis Rodríguez, Ángelo Montes en su sitio de encuentro en la torre del El Cable.
Jhon Jairo Cárdenas, en la carrera 20 con calle 33, encontró su sustento en estos últimos cuatro meses cuidando las motos de los domicilios mientras recogen sus pedidos en el mall de comidas del centro comercial Fundadores.
“Al principio nos iba muy bien, ya ha bajado mucho la demanda en un 60%, además del problema en el parqueo a la hora de esperar el pedido y entregarlo, la Policía y los guardas de Tránsito nos caen, a mi esposo ya lo partieron, no nos da para pagar parqueadero”, cuenta Marcela Rodríguez.
Flor Pineda sube todos los días desde la vereda el Arenillo a vender tinto y pintadito a las afueras del Cable Plaza a los domiciliarios, de 6:00 p.m. a 9:00 p.m. todos los días.
“La policía cada rato llega y nos hacen mover porque los vecinos dicen que metemos vicio y eso es falso. Algunos a veces vamos a vapear y nunca a fumar nada raro para luego subirnos a una moto”, manifiesta Fabián Naranjo, cantante y ahora domiciliario junto a sus colegas Mateo López, Camilo Patiño, German Andrés Tangarife y Leandro Valencia.
Hasta 15 domiciliarios se aglomeran para buscar los pedidos en sus motos. Aparecen y desaparecen como por arte de magia, mientras esperan el llamado para ir a llevar los productos.
Foto | Cortesía | LA PATRIA
Los domiciliarios de Manizales hicieron ayer en la tarde una caravana desde El Cable hasta Fundadores. Pidieron cambios en la plataforma y precios justos en las tarifas, según el trayecto, y mejores condiciones. Por la pandemia les toca asumir todos los costos de bioseguridad.
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